Acaba de terminar la semana de receso escolar, y creo que no es algo que me pasa solo a mí, pero normalmente termino más cansada de las vacaciones que cuando estoy trabajando. En mi afán de sacar el mayor provecho al tiempo, trato de hacer tanto que acabo haciendo de todo. Esta vez llevaba un libro para leer, llevaba mi computador para avanzar en mi libro, llevaba mi libro de mandalas para colorear, llevaba los tenis para hacer ejercicio, llevaba los juegos de mesa para divertirme en familia, llevaba el bronceador para aprovechar un poco el sol, llevaba el ipad para depurar un poco de correos, llevaba algunos archivos de la oficina para adelantar algo de trabajos, y puedo continuar la lista de cosas que llevaba….
Con solo escribir todo lo que llevaba ya me siento cansada, de tanto que pretendía hacer, y lo que me di cuenta es que normalmente hago eso…
Pero esta vez decidí PARAR, la mitad de lo que lleve se quedó en la maleta, hice lo que quise cuando quise. No lo que debo hacer, no lo que tenía planeado hacer, no lo que quieren que haga, no lo que podría hacer. Así sin culpa, sin remordimientos, sin rabia, sin afán.
Pare, respire y me conecte con lo que yo quería…. ¿Y qué pasó? Disfrute mucho más a mi familia, a mis amigos, la comida, la naturaleza. Estuve más presente en lo que hacía y en lo que quería.
Pare, respire y escuche que necesitaba… ¿Y qué pasó? Llegue descansada, renovada, más tranquila y pausada.
Pare, respire y sentí como estaba… ¿Y qué pasó? No pelee conmigo misma, por sentir algo y hacer algo diferente.
¿Y tú cada cuanto paras?
PARA
RESPIRA
CONECTA
Ahora si ACTUA!
Reblogueó esto en Munay – La Fuerza del Corazóny comentado:
Y lo rico que es estar y que nos sientan presentes!
Cada cuánto paras, respiras, te centras y conectas?